En el corazón de Tanzania, en un pueblo rodeado de vegetación, cientos de niños asisten a una escuela que apenas se mantiene en pie. Juntos podemos ofrecerles un lugar seguro para aprender y soñar.
Al final de un camino de tierra, custodiado por árboles, se abre el patio de la escuela Kahunda. Los senderos están marcados con piedras blancas, y entre los viejos edificios se ve el cuidado de la comunidad: setos cuidados, árboles plantados, niños corriendo.
Pero al acercarse a las aulas, la realidad se vuelve dolorosa: techos oxidados, paredes agrietadas, ventanas sin vidrio, puertas que ya no cierran. Algunos edificios parecen ruinas, otros se usan al límite. Sin embargo, los niños vienen todos los días y sueñan con un futuro mejor.
El proyecto Kahunda no se trata solo de reparar edificios. Significa construir un campus completo donde los niños puedan aprender, comer y dormir en condiciones dignas. Un lugar donde los maestros se queden, no se vayan, y donde los padres sepan que sus hijos están seguros.
Queremos ver edificios luminosos, aulas limpias y dormitorios dignos. En unos años, esperamos que las fotos de Kahunda muestren senderos sombreados, edificios luminosos, aulas limpias, una cantina llena de voces de niños y dormitorios donde cada estudiante tenga su propia cama.
Un centro educativo y comunitario autosuficiente diseñado para más de 1.000 personas en 50 hectáreas.
Objetivos Concretos
Educación y Espacios
Vida en el Campus
Sostenibilidad
Cada donación nos acerca a hacer de Kahunda una escuela rural modelo.
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